Me paro,
hablo bajo,
hablo por dentro,
y me dejo llevar por el silencio
porque es una caricia para el alma,
un descanso para los oídos,
una brisa de algodón suave,
una crema calmante
para la herida del ruido violento
el ruido agrio y seco
el ruido que nos interrumpe,
vapulea y hiere...
y que nos recuerda que en realidad,
el verdadero Silencio en vida,no existe.