Déjame traerte a mi palacio de hielo.
Déjame quemarte con mis helados dedos
Quiero guiarte a mi luna , a mi infierno y a mi cielo.
Toco mi corazón, siento que sigue frío
Y sigue tiritando en la soledad de enero.
Quisiera quemar mis ilusiones
Y fundir mis sueños,
para que algún día el hielo fuera olvido...
Y tu presencia, mi luz, mi fuego.
Te vas y las velas se marchitan
El hielo aparece silencioso,
y el vapor y el frío en tu sitio:
la soledad es lluvia helada, es miedo misterioso.
Quiero que me ayudes a olvidar
Necesito no temer lo que siento,
ni temer lo que puedas sentir por mí.
Necesito creer que puedo amar y ser amada,
aunque la tristeza, secuestre mi aliento.
Ayúdame a pensar que algún día,
cuando el tiempo nos conceda algún regalo,
me ayudarás a escapar de este palacio
¡poder escapar!
de la soledad, del vacío, de la oscuridad, del caos…
y que no se apagará jamás
la luz que siempre surge … cuando nos miramos.
Pasa el tiempo robado.
Sigo sintiéndome perdida en este palacio nevado.